Aterrado frente a la normalidad - y el futuro -
que cada vez más racional hace desaparecer
los sueños de las mentes de los niños
Sangrientas mañanas soleadas llenas de realidad y
pobreza y todos los rostros como tumbas y
la gente arrastrada por el viento - sin palabras -
Visiones - otra más - pasajeras
de días venideros que nunca llegarán
cielos sin nubes cielo, viejo cielo
Los ojos apáticos en reflejos de odio y autocompasión
y como soldados desfilan hacia la gran destrucción
junto a la Mente Racional que envuelta
en una gran caja brillante recibimos con sonrisas
y alegría - la muerte - ¡Bienvenida Sea!
Ya no hay tiempo verdadero solo se permanece ahí
perdido entre realidades y vidas veladas imperios
dormidos que caen en la desolación de las
aburridas tardes de las sombras y los quejidos
Escalofríos y cuerpos que tratan de escapar
de sí mismos y de las prisiones doradas de la
mente y el corazón y palabras escondidas
que se derraman como lágrimas entre el dolor y
la desesperanza
Barbas sagradas que contemplan lastimosamente
el presente - cualquiera que sea - y que van en busca
de sus almas - eternamente arrojados al camino -
Los que corrían en las tardes soleadas de otoño
ahora se sientan ocupados
mientras se desvanecen
Las voces del pastor que resuenan como una afónica
oveja empapada en humo y desgastada en
las grandes batallas no presenciales de la historia
Las voces del pastor que fueron guía de todos aquellos
que alguna vez soñaron con la tristeza y melancólicamente
cedieron sus corazones al gran engaño de la bondad
Las voces del pastor que se deslizaron desde tiempos pasados
para rescatar las manos de jóvenes creyentes
- enredadas en ardientes arbustos -
La voz del pastor que nunca quiso serlo y que fue
destruido y devorado por la inocencia de su alma
- cuya mirada vacía yace bajo una ventana sin luz -
Los lamentos de los locos ya cansados de ser estrellas
y aclamados por la ineptitud desaparecen silenciosamente
a través de la noche y yo que sigo perdido
dando las gracias a mis piernas estáticas sumidas
en el barro frente a un cartel que se burla de mí advirtiendo
- cuidado -
Y fueron las deseosas y hambrientas y poderosas aves
desgastadas por el paso del tiempo
las que con sumo cariño dijeron:
"¿ Y tú qué haces ahí? ¿ envejeciendo?"